Titulo: Una aproximación sociológica al Pentecostalismo en el contexto santiaguero. Un estudio de casos.

Autoras: MSc. Libia J. Thaureaux Vives
               MSc. Liudka Guadarrama Alvarez



INTRODUCCION
En los últimos años ha venido resurgiendo a nivel de población un reposicionamiento de los elementos vinculados con la religión, en cuanto a creencias y prácticas: particularmente importante para el establecimiento de una conciencia religiosa. Muchos han sido los factores o condicionantes que han ejercido influencia en los actores sociales con respecto a algún tipo de práctica religiosa, ya sea de conversión o movilidad de un sistema religioso a otro.  En este sentido este trabajo intenta aproximarse desde el punto de vista sociológico a algunos de los procesos de movilidad suscitados en el contexto santiaguero, específicamente en el sistema Pentecostal con el objetivo de determinar las principales causas que inciden en la movilidad religiosa válidas para la comprensión de la formación de la comunidad Pentecostal “Iglesia de Dios del Evangelio Completo”.
La metodología empleada se conforma de elementos cuantitativos y cualitativos. La selección de los sujetos para extraer la información se hizo de manera intencional, seleccionándose a los miembros en plena comunión de la comunidad Pentecostal “Iglesia de Dios del Evangelio Completo”, que habían mostrado movilidad religiosa.


Desarrollo
La gran variedad de formas religiosas se materializa en diversas comunidades que conforman el  panorama religioso en nuestro sistema social. Este horizonte es complejo, dinámico y heterogéneo al comportar disímiles sistemas de creencias que implican pluralidad de prácticas, asumidas en muchos casos por un mismo actor social. Otro elemento visualizado en el variado y controvertido campo religioso es la transición de miembros de un grupo de fe a otro, conocido por la comunidad científica como movilidad religiosa.
En la literatura sociológica cuando se analiza el término de movilidad se realiza desde el enfoque social, entorno a esto en el diccionario enciclopédico encontramos la siguiente definición. ... “la movilidad social: es la expresión que designa el conjunto de mecanismos estadísticamente significativo que describen los movimientos de individuos dentro del sistema profesional, durante su existencia y los movimientos que caracterizan a los individuos de una generación respecto de la o de las siguientes”.
El concepto de movilidad social constituyó objeto de análisis dentro de la Sociología Funcionalista para enfatizar los procesos de movimientos o desplazamientos internos en la estructura social. Entendiéndose, que la movilidad social es el movimiento de individuos o grupos entre diferentes posiciones sociales, considerada también como la capacidad que tiene una población para moverse en la escala social.
Usualmente se hace énfasis en que existen dos tipos de movilidad la vertical y la horizontal. La primera es la que genera un desplazamiento ascendente y descendente entre los individuos para adquirir una determinada posición, prestigio y poder en la escala social. La otra consiste en el movimiento físico de individuos o grupos desde una región hacia otra, asociándose esta a los movimientos migratorios, y a su vez puede ser elemento explicativo en el análisis del fenómeno religioso.
El contexto cubano no está exento del fenómeno de la movilidad religiosa, es decir es frecuente el traslado de individuos provenientes de diversos sistemas religiosos hacia el Pentecostalismo solo por citar el que nos interesa. La inserción creciente de sujetos a este tipo de denominación, han hecho posible la extensión de la práctica Pentecostal, hace reflexionar en torno a las características distintivas de dicha comunidad, la cual difiere del resto de las protestantes y evangélicas.
En este sentido introducimos un concepto de comunidad religiosa que relacione el proceso de la movilidad, de ahí que nos atrevamos a expresar que la comunidad religiosa en función de la movilidad se establece: “A partir de un conjunto de individuos provenientes de diversas matrices religiosas que al compartir una nueva creencia, ritos y prácticas se nutren de nuevas experiencias, transmitiéndolas, compartiendo e internalizándolas no sin contradicciones, mediante una nueva transferencia simbólica tanto desde la creencia emisora como la receptora”.
Lo anterior supone:
A) Individuos de una comunidad base, abierta, que incorpora elementos de otras a partir  de la incidencia de los mismos.
B) Individuos que provienen de otros sistemas religiosos y a u vez van internalizando nuevas creencias y prácticas.
De modo que desde el punto de vista sociológico el concepto de la movilidad alcanza su máxima explicación, conjugándose en el análisis aspectos esenciales y visibles como: la cantidad de sujetos que conforman la comunidad religiosa, sus principales rangos de edades, los estratos ocupacionales y educacionales. A su vez resulta importante en el análisis, la procedencia religiosa o no de los mismos, que aspectos concretos lo hacen acercarse a una determinada práctica religiosa, por que vías recibieron el mensaje religioso.
Ahora desde el punto de vista teórico se han manifestado diferentes factores, promotores de movilidad en el campo de la religión.  En este particular nos referiremos a los elementos involucrados concretamente en la comunidad religiosa “Iglesia de Dios del Evangelio Completo”, la cual fue sometida a un riguroso análisis utilizando un conjunto de instrumentos. A través de los mismos se logró obtener una percepción detallada de como se manifiesta el fenómeno en dicha iglesia, las cuales fueron ordenadas en función de una lógica investigativa que imbrica los aspectos teóricos y metodológicos propuestos y precisados en el transcurso del estudio.
Al adentrarnos  en el análisis, evidenciamos que los sujetos encuestados han mantenido cierta estadía en la comunidad, representando un 57 %. Los que llevan un periodo de 7 a 12 años, no refirieron que estuvieron un tiempo y luego se apartaron como suele suceder en ciertas ocasiones.  Al interior de la comunidad se visualizó que los sujetos han mostrado el sentido de pertenencia, lográndose a través de la interacción, la autoimplicación y la propia participación en los devocionales, así como las campañas de evangelización que se llevan a cabo, los sociales, ofreciéndose igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres. Un momento importante resultó, los espacios de “diálogos de sordos” donde existe un intérprete que les va traduciendo todas las etapas del culto, como esquemas de aprendizaje internalizados.
Hemos tocado en el desarrollo de la investigación el peso de los factores sociales y culturales, de modo que como tendencia, el factor económico resulta un factor explicativo en nuestro análisis, y en entono a esto los miembros en las entrevistas en profundidad  nos brindaron ciertos criterios, al respecto uno expresó:
“… el caso de que en las religiones de sustrato africano se produce cierta reducción de la economía, pues algunos santeros o espiritistas piden diversos materiales para realizar los trabajos que suelen ser muy costosos y como la vida hoy esta muy dura, muchas personas terminan arruinados y no han visto sus problemas resueltos, los cuales se cansan de esa vida y van en busca de otras fe y creencias que puedan socializar rápidamente”.
Los encuestados refirieron que en las religiones cristianas se conoce la existencia del pago del diezmo, las ofrendas y colectas que se recogen en los cultos, así como las ayudas que se le dan a los más necesitados de la comunidad, esto no constituye una vía que pueda llevar al sujeto a situaciones difíciles. Tal planteamiento nos muestra la existencia de ciertos aspectos diferenciales entre unas religiones y otras, en cuanto al control, presupuesto, y formas de generar modelos económicos viables para el propio individuo, la comunidad religiosa, y para la sociedad en general.
Sin embargo, consideramos que estas religiones de origen africano exigen la eficacia religiosa en términos de solución a sus problemas, que pueden ser resueltos o no, a corto, largo y mediano plazo, y en las cristianas se basan en la teología soteriológica, que habrá una mejor vida después de la muerte, en torno a esto un entrevistado expresó: “… y en fin de cuentas al cubano lo que le interesa es el presente y no se enfoca en el futuro y mucho menos en si habrá vida o no después de la muerte”. En este sentido es importante la valoración que realiza el individuo sobre la legitimidad de una u otra religión, las alternativas asumidas como un patrón de comportamiento y que se manifiestan en la propia cotidianeidad, por lo que a fin de cuentas, estas religiones no constituyen un reposicionamiento desde lo cultural, lo social, lo económico y lo práctico que se genera desde la cotidianeidad. 
Polemizando en torno a esto y asumiendo algunos aspectos que deben ser tomados en cuenta, enfatizamos que nuestra cultura nacional rica en modelos llagados de todas latitudes, nos inspira a repensar la manera en que el Pentecostalismo se ha implantado en nuestro contexto; en ocasiones no nos detenemos a pensar que la cultura cubana evoluciona con una vertiginosidad insospechada y no encontramos espacios para reflexionar sobre sus giros, es decir, en lo que respecta al ámbito religioso, en el alcance de un pleno conocimiento de como se reconfiguran estas comunidades, ¿quiénes son los sujetos que se acercan a estas denominaciones, ¿cuáles son las vías y los medios de influencia?, ¿cuáles son sus status, sus formas de pensar, etc.?, sus formas de socializarse al interior de las comunidades religiosas, que discursos y predicas mediatizan las relaciones socioreligiosas. Por lo que las alternativas comunitarias ante los intensos flujos culturales, deben ser realizados desde una potenciación de lo identitario, con una visión que tenga en cuenta al otro, en la propia comunidad religiosa y en todas las facetas de la cotidianeidad.
En un recorrido de cosmovisiones e interpretaciones, teologías, dualismos, mensajes bíblicos, se estimula el estudio de las creencias religiosas en un ámbito cultural y social, de modo que sobre lo religioso y lo cultural Alain Basail expresa: “Lo religioso como ámbito de producción cultural informó muchas de las representaciones, los símbolos y los códigos culturales que definen hasta hoy “lo cubano”.
De modo que es pertinente expresar que mucho de los elementos culturales que identifican “lo cubano” son resignificados por el pueblo en su constante evolución socio-política, económica y religiosa. No obstante, los medios transmisores de cultura no siempre motivan el encuentro entre los sujetos que propician este proceso y nos arriesgamos a un empobrecimiento paulatino del imaginario social y religioso, aunque en la comunidad religiosa se visualizan nuevos modos de hacer y de sentir.
Se ha de destacar que a la comunidad religiosa se adhieren individuos que provenían de otros sistemas religiosos y a su vez, van internalizando nuevas creencias y prácticas, estos representan un 62 %. Evidenciamos que hay una movilidad de los dos grandes campos ancestrales que históricamente actuaron como porteros de tradiciones y costumbres propios del cubano; y que han conformado nuestra nacionalidad, preferentemente del catolicismo romano y luego de las religiones de origen africano, en tanto que las primeras constituyen el 57% y 29% respectivamente, y en menor cuantía los movimientos que se producen al interior del campo protestante y evangélico, para un 7%.
Nuestra segunda idea hace énfasis, que la comunidad se nutre de individuos que no pertenecen a ningún sistema religioso anterior, es decir que eran ateos y se incorporan a algún sistema en particular, en este caso al Pentecostalismo, sin experiencias religiosas anteriores constituyendo un 38%; sin embargo, se han acercado por experiencias personales, es decir priorizando los aspectos psicológicos y afectivos como un aspecto esencial y fundamental de la persona, conjugándose y exaltándose valores como la autoestima y la concepción del sentido de la vida, integrándose en esta lógica los problemas existenciales, como el mejoramiento del estado de salud, y otros mecanismos de supervivencia que suelen ser satisfechos en este tipo de denominaciones.
El proceso de la movilidad se produce a partir de estos dos referentes como expresábamos anteriormente, los cuales han constituido elementos claves para la conformación de nuestra identidad, resultando minoría el movimiento entre los propios protestantes, visualizándose que la religión católica es y continua siendo la más arraigada por parte del pueblo, así como las de base africanas en las que se observa cierto grado de similitud con las prácticas de índole pentecostal.
Es significativo que estos individuos tantos los que provenían de otros sistemas religiosos y los ateos habían recibido la influencia de su medio familiar y por los amigos, los cuales constituyen vías de socialización importantes para la afiliación y adscripción de ciertas prácticas de carácter religiosa representando un 42 % y 31 %, luego entran los compañeros de trabajo y los vecinos representando un 16% y 13% respectivamente; seguidamente, comprobamos que la iglesia también juega un papel importante entorno a esto y sus lideres tanto pastores como los diáconos también han tenido cierto protagonismo, pues resulta obvio, que su misión desde su surgimiento en los primeros siglos, ha sido el de predicar y llevar la palabra de Dios a todo el género humano, esto tiene que ver con el proyecto histórico del reino de Dios, el cual se cristaliza en el mundo de hoy y por ende en la sociedad contemporánea, representando el 8% y un 6% respectivamente.
Asimismo, se constata que si bien los creyentes pudieron en su mayoría haber aceptando en su proceso de iniciación la influencia socializadora de dichos agentes,  se ha verificado una amplia gama de situaciones concretas, de índole psicológica, representando un 11%, las cuales suelen ser agrupadas como decisiones o autodeclaraciones y actos voluntarios de cambio de conducta, sin que medien esos fuertes mecanismos de coerción, control o presión que en ocasiones estas iglesias llevan a cabo, como parte de su labor proselitista.
Los análisis demuestran que el fenómeno se manifiestan en la juventud, aunque no se visualiza el cambio de práctica religiosa en personas que estén atravesando la etapa de la adolescencia ni los pertenecientes a la 3era edad, entorno a esto vemos que en la adolescencia aún no se tiene una plena conciencia e identidad religiosa concreta, esto no ocurre así, en los jóvenes y adultos, en los cuales se produce un proceso de sedimentación de la fe y las creencias religiosas por múltiples acontecimientos y circunstancias de la vida, en algunos, se evidencia un cambio en los preceptos, conceptos y convicciones en que fueron educados, reorientado de esta forma un nuevo comportamiento religioso y social.
Es preciso expresar que las creencias religiosas no disminuyen sustancialmente con la edad pero si la frecuencia con la que se asiste a actos religiosos. Por lo que los pertenecientes a la tercera edad, observamos que ciertas prácticas como el orar, meditar y leer la biblia, así como recibir las visitas de sus lideres religiosos pueden producir ventajas en la autoestima y calidad de vida de los mismos. 
Entorno a la relación existente entre la población masculina y femenina se puede advertir que la asunción de ciertas convicciones religiosas es más frecuente entre las mujeres que en los hombres, representando el 62% y 38% respectivamente, de modo que, aumenta paulatinamente la entrada de mujeres, aunque también se evidencia en los hombres. (Ver anexo I).
Se hace necesario en el estudio analizar el factor psicológico en los miembros que forman parte de la comunidad religiosa; pues, es un hecho y resulta lógico que el ser humano se acerca a una determinada comunidad religiosa, teniendo en cuenta diversas motivaciones, intereses, sentimientos y estados de ánimo que le posibilitarán sentirse cómodo y a gusto en la misma, creando así un sistema de valores y actitudes, estableciendo cierto grado de afectividad y de sociabilidad que puede generar en esa determinada comunidad o grupo religioso; a través de la interacción con los miembros, del mismo modo la relación estrecha y directa con lo sagrado, le permitirá al individuo vivenciar y testimoniar ciertas hábitos, normas de comportamiento, tradiciones y costumbres que son aprehendidas e internalizadas  en dicho proceso.
Resulta notorio que los miembros que conforman esta comunidad religiosa provienen de diversos estratos educacionales y ocupacionales, esto es producto a los grandes avances en el ámbito educacional, económico, político y social por el que ha atravesado nuestro país. Existiendo un fuerte movimiento de profesionales, entre los que podemos destacar los técnicos medios y universitarios, constituyendo un 35 y 29% respectivamente.
En torno a esto, la Iglesia cuenta  entre su membresía con personas que pueden estar al servicio de la comunidad religiosa y sustituir al Pastor en algún momento determinado (la dirección de los cultos, los estudios bíblicos, la evangelización, entre otros) y el campo secular (la superación en los estudios, la profesión), etc.
Como consecuencia de las preguntas agrupadas, puede observarse que el  sexo femenino se ha mantenido en las comunidades religiosas y son las que acuden con regularidad a las actividades y cultos, estás presentan un nivel educacional elevado, pues a raíz del triunfo revolucionario la mujer ha ido ganando ciertos espacios en diversos ámbitos sociales, políticos y económicos y en el ámbito religioso desempeñando un rol determinado, ampliándose el liderazgo, esto lo demuestra que hoy el campo religioso, cuenta con mujeres ordenadas al ministerio y en el caso de la iglesia Episcopal -con la primera Obispa de Cuba y de Latinoamérica-, con el fin de mantener cierta estabilidad y orden en la comunidad religiosa; sin embargo, en la actualidad ha aumentado el número de participantes del sexo masculino, anteriormente a los cultos asistían un número reducido, la mayoría de las veces por miedo a las censuras y por la cultura patriarcal que siempre ha imperado en nuestro sistema social.  
Y por último, en cuanto a las principales razones por las que las personas se han acercado a estas denominaciones, como tendencia algunos refirieron que “era pertinente que su vida diese un vuelco”, es decir desde el punto de vista psicológico la necesidad de experimentar cambios concretos y sustanciales como una forma de mejorar su calidad de vida.
La mayoría de los encuestados refirieron como otra de las causas, la búsqueda de la verdad, este aspecto desde la perspectiva teológica nos aproxima que “Jesucristo es el único camino de salvación”. Y otros manifestaron que se acercaron por dolor, este factor determinante se expresa a partir de los acontecimientos y crisis existenciales que han marcado la vida de los sujetos encuestados y de cualquier ser humano.
En la actualidad, en el contexto cubano vemos que en las comunidades religiosas de cualquier sistema religioso, cada día son más plurales y se encuentran en un proceso de continua negociación entre lo suyo y lo de fuera, entre lo viejo y lo nuevo, adecuándose continuamente al momento en que vivimos, ingresando miembros de cualquier grupo y procedencia social, es decir de cualquier raza, nivel educacional,  nivel ocupacional, se evidencia un alto número de féminas y un gran por ciento de jóvenes profesan cualquier tipo de religión, también esto ha sido gracias al 4to Congreso del PCC, en el que se le dio libertad religiosa a todo el pueblo cubano.
A modo de conclusión, en este estudio consideramos que estos elementos ofrecidos se convierten en factores, los cuales intervienen en el proceso de reconfiguración de  la “Iglesia de Dios del evangelio Completo”, pues en el análisis, son vistos como: factores demográficos, económicos, políticos,  sociales (culturales) e individuales, siendo este un fenómeno complejo en el que cada uno de estos se manifiesta e incide de diferentes modos al interior de cada grupo o comunidad religiosa.

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